Regimiento Alcántara, la historia de los jinetes españoles que sacrificaron la vida por sus compañeros en Annual.
Durísima fue nuestra historia bélica a principios del siglo XX, con las pérdidas de nuestras últimas colonias. Una de las guerras mas devastadoras y que supuso un desgaste enorme para el reino de España fue la Guerra de Marruecos. Esta se inició aproximadamente en 1912 cuando se cedieron oficialmente a España unos 20.000 km cuadrados de territorio Marroquí cerca de Melilla. En ese momento comenzó la discordia, pues las tribus rifeñas se levantaron contra los españoles en una guerra que vería su final muchos años después. Hoy narramos la increíble historia de 700 hombres a caballo que dieron su vida por salvar a miles de sus compatriotas de una muerte segura. Hablamos de los héroes del Regimiento Alcántara.
Regimiento Alcántara.
Al comienzo de la Guerra del Rif o 2º Guerra de Marruecos, el 10 de septiembre de 1911 el Regimiento Alcántara, que había viajado a bordo del vapor Luis Vives, desembarcó en el puerto de Melilla. Desde el primer momento tomó protagonismo en la zona. En 1913 participó en la Campaña del Kert, donde destacó en la acción de Ras el Medua, y al año siguiente formó parte de la ocupación de Monte Arruit.
Ya en 1921, 10 años después del inicio de las hostilidades, las tribus rifeñas rebeldes organizadas y dirigidas por el político Abd el-Krim, protagonizaron lo que hoy conocemos como el Desastre de Annual. En mayo de 1921, el grueso del ejército español estaba en el campamento base instalado en la localidad de Annual. Entre Melilla y este campamento había tres plazas fuertes separadas unos 31 km entre sí, y en torno a él un anillo formado por otros pequeños fortines, cada uno con una guarnición que variaba entre 100 y 200 soldados.
Mapa con los combates entre españoles y tropas rifeñas.
La tropas españolas dirigidas por general Manuel Fernández Silvestre, pretendían realizar un avance total sobre Alhucemas. El 22 de julio Annual acogía a unos 5.000 hombres (3.000 españoles y 2.000 indígenas), con una fuerza de combate de 3 batallones y 18 compañías de infantería, 3 escuadrones de caballería y 5 baterías de artillería. Sobre ellos iban a lanzarse unos 18.000 rifeños bajo el mando de Abd el-Krim, armados con fusiles y armas blancas. Los españoles en el campamento de Annual disponía de víveres para cuatro días y municiones para un día de combate, pero carecía de reservas de agua.
Soldados españoles en el Rif.
El general Silvestre, consciente de la imposibilidad de defender la posición, acordó con sus oficiales la evacuación del campamento. Sin embargo, a las 3:45 del día 22 llegó un mensaje de radio del Alto Comisario Berenguer, prometiendo la llegada de refuerzos desde Tetuán. Una hora más tarde el general Silvestre comunicó de nuevo a Berenguer y al ministro de la Guerra, Luis Marichalar y Monreal, su desesperada situación y su decisión de tomar urgentes determinaciones. Amaneciendo, las dudas sobre esperar refuerzos para la defensa o evacuar la posición, se despejaron cuando se tuvieron noticias del avance de tres columnas rifeñas de unos 2.000 hombres cada una. Ante esta información, el general Silvestre ordenó evacuar. A las 11:00 empezó la retirada con 2 convoyes. Pero ya era demasiado tarde, las tropas rifeñas ya ocupaban los caminos de salida y rodeaban el campamento. Empezaron los primeros disparos que desataron el caos entre las tropas españolas. Sin nadie que cubriera su retirada, los hombres trataron de ponerse a cubierto de las balas corriendo hacia delante sin organización alguna. En las cuatro horas aproximadas que duró el desastre murieron un total aproximado de 2.500 españoles, entre ellos el general Silvestre.
Cuerpos españoles tras el desastre de Annual.
Las pocas fuerzas que pudieron salir vivas, bajo el mando del general Navarro, segundo jefe de la Comandancia de Melilla, retrocedieron hasta Dar Drius, posición bien fortificada y con agua disponible. Sin voluntad de resistencia, creyendo que todo estaba perdido, se replegaron hacia Barbel y Tistuin. El Regimiento Alcántara entró entonces en escena cuando se le ordenó cubrir la retirada del ejército español. Así, los casi 700 jinetes tomaron parte en la contienda realizando múltiples cargas para proteger a sus mas de 5.000 compañeros. El regimiento estaba a cargo de todo un héroe español llamado Fernando Primo de Rivera y Orbaneja (hermano del dictador Miguel Primo de Rivera y Orbaneja y tío del fundador de Falange José Antonio Primo de Rivera).
Fernando Primo de Rivera y Orbaneja.
Durante la huida, al llegar al rio Igan, las tropas españolas se retiraron en estampida. Fernando Primo de Rivera, vio cómo el enemigo trataba de cortar el paso a los que huían, por lo que reunió a sus Oficiales y les dijo que era el momento de sacrificarse por la Patria. A partir de ese momento comenzó la actuación heroica del Regimiento. Salieron a galope haciendo varias cargas, llegando al cuerpo a cuerpo y persiguiendo con fuego al enemigo para aniquilarlo o dispersarlo. Tras varias cargas a las 11:00 horas ya habían sufrido mas de 70 bajas. Tras férreos combates, los jinetes llegaron con dificultades hasta el río, donde los vehículos (la mayoría ambulancias) habían sido destrozados y sus conductores asesinados. Tras conocer el destino de sus compañeros, los jinetes del Alcántara volvieron a protagonizar una nueva carga como venganza. Cada vez aumentaba más el número de bajas.
Regimiento de Alcántara.
Los rifeños tomaron posiciones al otro lado del río Igan, lugar desde el cual atacaron la columna de soldados españoles. Finalmente, el regimiento de caballeros recibió la que sería la última orden de carga de ese día: era necesario cruzar el cauce y acabar con los rebeldes para salvar la vida de los que se retiraban. El Teniente Coronel Primo de Rivera sabía que esos puntos serían imposibles de franquear por la columna en el estado en el que estaba, y, ya bajo intenso fuego, ordenó el ataque a los rebeldes aun sabiendo que iban a morir, no se detuvieron. La lucha fue sangrienta e, incluso, los miembros del Alcántara se vieron obligados en alguna ocasión a retirarse y reagruparse, pero sólo fue para cargar nuevamente contra el enemigo con mucho más ímpetu. Finalmente, no sólo lograron entretener a los rifeños, sino que les vencieron y les obligaron a huir.
Carga contra las tropas rifeñas.
Su sacrificio fue enorme, pues de los 691 jinetes que lo componían, 471 murieron, lo que supuso un 70 por ciento de bajas. Pero gracias a su acción miles de soldados que huían tuvieron tiempo de ponerse a salvo. Primo de Rivera murió el 6 de agosto de 1921, como consecuencia de la herida producida por un casco de granada de la artillería enemiga que le alcanzó el brazo derecho produciéndole gangrena. Recibió a título póstumo individual la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima condecoración militar española. En 2012 el Consejo de Ministros concedió la Laureada Colectiva al Regimiento.
Restos de caballos y soldados encontrados meses después de la batalla.
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