España, aliada con Francia a través de los Pactos de Familia, vio la Revolución de las Trece Colonias como una oportunidad para debilitar al Imperio británico, que le había causado pérdidas importantes durante las guerra de los Siete Años. España comenzó a participar en el conflicto a partir de 1776 con la financiación, junto con Francia, de Roderigue Hortalez y Cía. (compañía creada para proporcionar suministros militares a los rebeldes). El recién nombrado secretario de Estado de Carlos III, el conde de Floridablanca, escribió en marzo de 1777: "el destino de los intereses de las colonias nos importa mucho, y vamos a hacer por ellos todo lo que las circunstancias lo permitan".
La participación de España en la guerra revolucionaria americana fue ampliamente considerada como un éxito por ambos bandos. Aunque la historiografía francesa se ha hecho eco de su apoyo en la emancipación de las Trece Colonias, no se ha producido una labor similar, o siquiera descriptiva, de la importancia por parte de los historiadores hispanos, con lo que pasados los años, los norteamericanos posteriores a dichos hechos, solo destacan el apoyo galo.
La guerra dio un fuerte impulso a la moral nacional española, que había sido socavada tras las importantes pérdidas causadas por los británicos durante la guerra anterior. A pesar de que la meta más codiciada de España, Gibraltar, se mantuvo fuera de su alcance, España fue más que compensada con la recuperación de Menorca y al recuperar su lugar como un jugador importante en el Caribe, todo lo cual se consideraba de vital importancia para continuar en el siglo XIX como una gran potencia.
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BATALLA DE PENSACOLA. Del 9 de Marzo al 8 de Mayo de 1781
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